Ayer jueves fue día festivo en Madrid, y supongo que en otros lugares de España. Me pilló por sorpresa porque que yo sepa, en Murcia hace muchos años que es un día normal, y de hecho mi madre se sorprendió al comentárselo cuando me llamó por la mañana. El caso es que los días festivos, teniendo en cuenta mi situación laboral (o sea, nula) sólo me afectan en cuanto a que tengo que tener en cuenta que la mayoría de comercios estarán cerrados. Así que planeé pasar el día en casa y aprovechar bien para hacer muchas cosas que tengo pendientes... ilusa de mi. No sé quién dijo algo como que la vida es una sucesión de cosas que planeas mientras que te van sucediendo otras, y qué cierto es eso.
A media mañana, mientras trabajaba en unos documentos en el ordenador, de repente me di cuenta de que no podía leer bien; hacía su aparición el aura de una migraña. Es difícil de explicar esa sensación previa al dolor intenso de cabeza... es como si te das cuenta de que tus ojos están bien, pero tu cerebro no es capaz de procesar correctamente la información que recibe. Hacía muchos meses que no me pasaba, pero ya me conozco su modus operandi, aunque eso no evita que me ponga muy nerviosa cada vez que ocurre. Menos mal que mi madre me llamó por teléfono de casualidad y me entretuvo un buen rato hasta que recuperé la visión. Y después, dolor fuerte e hipersensibilidad al ruido y la luz. Seguro que a muchos de vosotros todo esto os suena, por desgracia.
En fin... que no pude hacer prácticamente nada útil en todo el día.
Hoy me he despertado mal porque no he dormido nada bien, pero por el momento la cabeza me da una tregua. A ver si puedo aprovechar el fin de semana, que la semana que viene bajo a Murcia.
Con el calor está claro que apetece poco cocinar y mucho menos pasar largo rato delante de ollas hirviendo o de encender demasiado el horno, y mucho menos de sentarse ante platos humeantes (por desgracia). Aunque me pese, pretendo basar la dieta de verano en muchos platos frescos, ensaladas de todo tipo que combinen ingredientes variados sin caer en la rutina. La quinoa, esa maravillosa semilla llena de nutrientes es muy versátil y un ingrediente perfecto para usarla de base en muchos platos, acompañada de lo que más nos guste. En este caso, una ensalada muy fresca y ligera gracias al aporte de la fruta, el hinojo crudo y el toque de la hierbabuena.
Para dos personas:
- 1/2 taza de quinoa
- 1/2 taza de fresas troceadas
- 1 zanahoria
- 1/2 mango
- 1/2 bulbo de hinojo
- 1 cucharada de aceite de oliva
- 1 y 1/2 cucharadas de zumo de limón
- albahaca fresca
- hierbabuena fresca
- cilantro molido
- sal
Lavar bien la quinoa hasta que el agua salga limpia. Llevar a ebullición en un cazo o en una olla pequeña el doble de volumen de agua (o caldo de verduras) que de quinoa; añadirla, tapar y dejar cocer a fuego medio hasta que haya absorbido todo el líquido (unos 15 minutos). Remover con un tenedor y dejar enfriar.
Lavar y trocear las fresas, el mango y el hinojo. Picar unas hojas de albahaca y hierbabuena frescas. Poner la quinoa en una fuente y añadir todos los ingredientes. Aliñar con el aceite y el zumo de limón, y añadir sal y cilantro molido al gusto. Mezclar bien para que se integren todos los componentes. Enfriar en la nevera o servir a temperatura ambiente.
¡Que tengáis buen fin de semana!
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