Rollitos de pavo con queso de cabra y mermelada de tomate

Es curioso cómo funciona el cuerpo humano. Y más concretamente el de la mujer, que, no nos engañemos, es el que mejor conozco. Lo interesante es darse cuenta de cómo con el paso de los años una llega a conocerse a sí misma, a identificar cada pequeño detalle de nuestro organismo, a comprenderlo cada vez un poco más. Porque aunque todos seamos "iguales" yo creo que cada cuerpo tiene sus pequeñas diferencias que lo hacen único, y es importante estar atento, escucharle y responderle.
No sé muy bien lo que pretendo decir con esto, son ideas que se me han cruzado por la mente estos días. Y es que a principios de semana me sorprendí a mi misma con unos cambios de humor tontos, pasando al mal humor absurdo mezclado con un toque de tristeza y, lo que es peor de todo, cierta mala leche hacia mi probre elfo cuando no se lo merecía. Menos mal que me di cuenta de mi tonto comportamiento y me frené un pocoa tiempo, porque sabía perfectamente por qué estaba así. Nos pasa a millones de mujeres, qué le vamos a hacer, una de esas gracias de la naturaleza. Y unos días más tarde, mal estar, dolores, falta de energía... pues nada, sofá, series, y algo de chocolate (el gran remedio) hasta que se pase.

En realidad no me quejo de todo esto. Porque aunque es un soberano coñazo (por llamarlo de alguna manera) es la belleza (sí, hay belleza en todo esto, aunque suene ñoño) del ciclo de la vida. Pero es que además yo llevo arrastrando ya varios años de ciertos problemas de salud con desórdenes hormonales que me han hecho valorar lo maravilloso que es tener que pasar por lo mismo cada mes. En serio, se es afortunada por tener un ciclo normal. Yo ahora mismo no lo tengo; la cita médica que tuve la última vez que fui a Murcia concluyó en que volviera a un tratamiento con hormonas para intentar ayudar a mi cuerpo a calibrarse él solito, y ojalá que lo haga. No lo he tratado bien en los últimos años, y ahora lo lamento mucho. A veces somos idiotas por maltratarnos a nosotros mismos, y no nos damos cuenta hasta que es demasiado tarde.

Rollitos de pavo

Bueno, ya no os aburro más con estas cosas. No tenía ni pensado actualizar hoy el blog, pero me encontraba sola en casa, en un extraño estado de tranquilidad interior, y sin premeditarlo me he sentado a escribir, sin tener ni idea de adónde me llevaban las teclas. Pero como no iba a actualizar sin una receta que compensara el rollo, aprovecho para publicar mi participación al Hecho en cocina de este mes. Entre unas cosas y otras, ya ni recuerdo cuándo fue la última vez que me apunté, así que cuando vi la propuesta de la gran Sonia, Rollitos, improvisé sobre la marcha una receta con lo que tenía por casa, antes de que se me pasara la fecha límite. Con unas pechugas fileteadas de pavo, un poco de queso de cabra cremoso y el último bote de mermelada de tomate casera del verano pasado, salió un plato sencillo pero resultón. También improvisé una salsa de tomate normalita con el toque de unas zanahorias y un poquito de picante.

Las cantidades variarán en función de los comensales:

- pechugas de pavo fileteadas
- queso de cabra en rulo cremoso
- mermelada de tomate
- hierbas provenzales
- sal y pimienta
- harina
- aceite de oliva virgen extra

Precalentar el horno a 200ºC.
Abrir bien las pechugas y eliminar la grasa que pueda tener, dejando cada pieza lo más uniforme posible. Salpimentar. Untar con queso de cabra; poner mermelada de tomate encima y hierbas provenzales al gusto, dejando libres los bordes. Enrrollar sobre sí mismas; pinchar con palillos para que conserven bien la forma. Enharinar ligeramente y poner en una fuente para horno. Añadir un poco de aceite de oliva por encima y hornear unos 15 minutos, regando con los jugos a mitad de cocción.
Colocar en la sartén con la salsa, tapar y dejar cocinar a fuego medio unos 10-15 minutos más. Retirar los palillos y servir con la salsa acompañadas de arroz blanco.



Rollitos de pavo


Para la salsa (aunque se puede usar cualquier otra que apetezca más)

- 1 chalota

- 1 diente de ajo

- 2 zanahorias

- 1 lata de tomate troceado al natural

- 1/2 vaso de vino tinto o blanco

- sal y un poco de azúcar

- una pizca de pasta de guindilla

- tomillo y pimienta negra

- aceite de oliva virgen extra

Picar la chalota y el diente de ajo, lavar y trocear las zanahorias. Calentar un poco de aceite en una sartén de paredes altas y pochar la chalota unos minutos. Añadir el ajo y las zanahorias, cocinarndo unos minutos. Incorporar el tomate, regar con el vino y dar unas vueltas hasta que se evapore el alcohol. Salpimentar y añadir un poco de azúcar al gusto para contrarrestar la acidez. Añadir la guindilla y tomillo al gusto. Bajar el fuego, tapar y dejar cocinar hasta que todos los ingredientes estén bien blandos. Dejar enfriar un poco; triturar con la batidora y pasar por el chino si se desea una textura más suave (yo no lo hice). Devolver a la sartén y continuar según lo descrito en la receta de los rollitos.

Komentar