Diez años. Una década. Tal día como hoy, un 25 de septiembre de 2006, decidí que era el momento de inaugurar este pequeño rincón en la red. Muchísimas cosas han pasado desde entonces, aunque mi vida no ha sido la más emocionante del mundo, pero jamás hubiera esperado entonces que iba a llegar hoy hasta aquí. No sé realmente si me visualizaba escribiendo y publicando recetas en este bog durante tantos y tantos meses, pero lo que sí sé es que sigo teniendo tanta ilusión en actualizar como el primer día. Ya no tengo tanto tiempo y la frecuencia de actualizaciones ha disminuido, pero no es por falta de motivación, os lo aseguro. Así que, como esto sin vosotros no tendría sentido, os invito a un trocito de tarta de cumpleblog :).

La blogosfera ha evolucionado muchísimo en todos estos años, tanto a nivel general como en el mundo gastronómico en particular. A veces cambia todo tan deprisa que me marea un poco, es imposible seguir el ritmo y hay cosas que no me terminan de gustar. Pero en realidad no me importa, yo sigo haciendo lo que me gusta y mantengo mi blog como me apetece, sin agobios y sin obsesionar me con nada. Sigue siendo mi pequeño blog, donde dejo parte de mí misma en cada publicación y de lo que me pasa por la cabeza en cada momento.

Al echar la vista atrás y repasar algunas entradas viejas me doy cuenta de que, poco a poco, este recopilatorio de experiencias culinarias se convirtió también en un diario mucho más personal de lo que tenía pensado. De forma natural me salen las parrafadas que a veces suelo, y que sé que probablemente no interesan a nadie, pero no sabéis lo bien que sienta. Bueno, sí lo sabéis! La verdad es que los blogs a los que termino siendo fiel son los que reconozco a sus autores detrás, que no solo me conquistan por sus recetas o fotos, sino que me ofrecen algo más. Los que compartís experiencias, reflexiones, conocimientos, fantasías, cuentos, recuerdos, ideas... como complemento de la cocina, que sepáis que sois mis favoritos ;).

Me gusta que un blog tenga personalidad detrás, rasgos que distinguen a cada autor que hay detrás de esas imágenes y esas recetas. No sé si yo he conseguido lo mismo, pero al menos sí que me reconozco a mí misma, en mis cambios desde mi tierna edad universitaria, releyendo mis ocurrencias a lo largo de estos 10 años. Albahaca y Canela sigue siendo mi forma de conocer un poco más este mundo, a través de la cocina y la gastronomía. Porque cuanto más la conozco más me queda por aprender y más me apasiona.

El blog me ha dado muchísimas cosas buenas, ha cambiado mi vida en muchos sentidos y todo gracias a la gente fantástica que he podido conocer. Así que os doy las gracias a todos los que estáis ahí leyendo esto, viejos conocidos, otros más recientes, anónimos que jamás conoceré y amigos a los que ya he dado abrazos en persona; gracias por acompañarme estos 10 años, y ojalá sean muchos muchos más. ¡Coged un trozo de tarta y brindad con lo que más os apetezca! A mi salud ;P.

La tarta que me sirve como excusa para la celebración es la que preparé para mi padre hace unas semanas, para su cumpleaños en el mes de agosto. No tiene ningún misterio, es mi base de bizcocho genovés favorito, cortado por la mitad, empapado en almíbar cítrico y relleno con mermelada de frambuesas, frambuesas naturales y nata montada sin lactosa. Simple, algo campestre, fresca y ligera: una tarta deliciosa con la que celebrar cualquier ocasión que lo lo merezca.

Y para terminar, otro pequeño festejo, ¡formo parte del equipo de colaboradores de Recetags! Seguro que ya conocéis esta fantástica red de blogs de cocina, que recopila recetas de lo mejorcito de la blogosfera con autores increíbles. Estoy muy contenta porque sé cómo nació el proyecto cuando solo era una idea, conozco a los responsables que lo han hecho posible y a casi todos los blogueros que ya forman del equipo. Me encanta sentirme novata otra vez.
No me lío más que tengo al elfo durmiendo una siesta tardía y le espera un viaje de trabajo mañana a Oporto, a ver si consigo que me traiga alguna cosilla :D.
¡Gracias a todos otra vez! Nos seguimos leyendo :).

La blogosfera ha evolucionado muchísimo en todos estos años, tanto a nivel general como en el mundo gastronómico en particular. A veces cambia todo tan deprisa que me marea un poco, es imposible seguir el ritmo y hay cosas que no me terminan de gustar. Pero en realidad no me importa, yo sigo haciendo lo que me gusta y mantengo mi blog como me apetece, sin agobios y sin obsesionar me con nada. Sigue siendo mi pequeño blog, donde dejo parte de mí misma en cada publicación y de lo que me pasa por la cabeza en cada momento.

Al echar la vista atrás y repasar algunas entradas viejas me doy cuenta de que, poco a poco, este recopilatorio de experiencias culinarias se convirtió también en un diario mucho más personal de lo que tenía pensado. De forma natural me salen las parrafadas que a veces suelo, y que sé que probablemente no interesan a nadie, pero no sabéis lo bien que sienta. Bueno, sí lo sabéis! La verdad es que los blogs a los que termino siendo fiel son los que reconozco a sus autores detrás, que no solo me conquistan por sus recetas o fotos, sino que me ofrecen algo más. Los que compartís experiencias, reflexiones, conocimientos, fantasías, cuentos, recuerdos, ideas... como complemento de la cocina, que sepáis que sois mis favoritos ;).

Me gusta que un blog tenga personalidad detrás, rasgos que distinguen a cada autor que hay detrás de esas imágenes y esas recetas. No sé si yo he conseguido lo mismo, pero al menos sí que me reconozco a mí misma, en mis cambios desde mi tierna edad universitaria, releyendo mis ocurrencias a lo largo de estos 10 años. Albahaca y Canela sigue siendo mi forma de conocer un poco más este mundo, a través de la cocina y la gastronomía. Porque cuanto más la conozco más me queda por aprender y más me apasiona.

El blog me ha dado muchísimas cosas buenas, ha cambiado mi vida en muchos sentidos y todo gracias a la gente fantástica que he podido conocer. Así que os doy las gracias a todos los que estáis ahí leyendo esto, viejos conocidos, otros más recientes, anónimos que jamás conoceré y amigos a los que ya he dado abrazos en persona; gracias por acompañarme estos 10 años, y ojalá sean muchos muchos más. ¡Coged un trozo de tarta y brindad con lo que más os apetezca! A mi salud ;P.

La tarta que me sirve como excusa para la celebración es la que preparé para mi padre hace unas semanas, para su cumpleaños en el mes de agosto. No tiene ningún misterio, es mi base de bizcocho genovés favorito, cortado por la mitad, empapado en almíbar cítrico y relleno con mermelada de frambuesas, frambuesas naturales y nata montada sin lactosa. Simple, algo campestre, fresca y ligera: una tarta deliciosa con la que celebrar cualquier ocasión que lo lo merezca.

Y para terminar, otro pequeño festejo, ¡formo parte del equipo de colaboradores de Recetags! Seguro que ya conocéis esta fantástica red de blogs de cocina, que recopila recetas de lo mejorcito de la blogosfera con autores increíbles. Estoy muy contenta porque sé cómo nació el proyecto cuando solo era una idea, conozco a los responsables que lo han hecho posible y a casi todos los blogueros que ya forman del equipo. Me encanta sentirme novata otra vez.
No me lío más que tengo al elfo durmiendo una siesta tardía y le espera un viaje de trabajo mañana a Oporto, a ver si consigo que me traiga alguna cosilla :D.
¡Gracias a todos otra vez! Nos seguimos leyendo :).
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