Cuando me doy el capricho de dulces fritos - mi versión de Cenci de Carnaval

Cuando era niña pasamos una época en el campo en la que nos dio por las cometas. Nos solía dar por rachas en cuanto a los pasatiempos y juguetes, y le había tocado el turno a los artefactos voladores. Probablemente alguno de mis primos se había hecho con una, o simplemente mi padre decidió comprar una para pasar el rato con nosotros. El caso es que cuando más ganas teníamos de volarla, más calma chicha reinaba esos días. Recuerdo que deseaba con todas mis fuerzas que soplara viento para poder disfrutar del vuelo de las cometas al máximo... y hoy maldigo esta fuerza de la naturaleza. Viento helado, no me gustas. Pero al menos haces que me apetezca más quedarme en casa preparando dulces fritos de Carnaval.

Carnival Cenci

El frío no me importa -lo disfruto mucho y no me canso, que sé lo que viene después-, pero el viento es otro tema. Es incomodísimo y hace que se te congele el alma, los pies, las manos y la nariz. Golpea las ventanas, me despierta de madrugada, llena todo de suciedad y me provoca más migrañas. Correr con viento podría ser un incentivo más y hace que tengas que esforzarte al máximo, pero es muy, muy incómodo. Lo odio, porque no puedo escuchar bien los podcasts que me pongo cuando salgo a quemar zapatillas, me desnivela, me paraliza las manos y está el peligro de que se me meta polvo y partículas de cosas en los ojos, por muchas gafas que lleve.

Esta mañana temprano he abierto la ventana mientras me preparaba el café y estaba contenta porque prometía un bonito domingo de invierno soleado. Un par de horas más tarde empezó a soplar una brisilla que se transformó en viento molesto, y al salir a la calle con mi suegra para el mercadillo ya estaba claro. Viento otra vez, helado y desagradable. Me da especial rabia porque tenía el pelo estupendísimo después de ducharme y secarme con el secador, y ahora los rizos vuelven a ser melena de león o de bruja malvada. Vale, es una queja tonta pero me saca de quicio que se me revuelva el pelo a lo loco, bastante mal lo tengo ya sin ayudas externas. Pero como no quiero ponerme solo negativa, me alegro de que, al menos, el viento evite que se nos vuelva a acumular una cúpula de contaminación. Y me consuela imaginar a niños felices volando cometas.

Carnival Cenci

Este año la Semana Santa cae algo tarde y por eso también se han retrasado los carnavales. De hecho, el Martes de Carnaval lo tenemos ya el último día de febrero, pero eso es positivo porque así no se nos ha juntado tanto con San Valentín. Ya sabéis que yo odio freír y lo evito a toda costa todo el año, pero cuando llegan estas fechas me salto mi norma para disfrutar con los dulces fritos típicos de estas fiestas. ¡Hay muchísimos! Antes de la abstinencia hay que darse el capricho de algunas delicias calóricas, y no me canso de probar todas las que puedo. Este año he tuneado bastante a mi manera una masa frita típica italiana, los cenci, que he visto que pueden adquirir diferentes formas. Tiras alargadas, nidos, especie de buñuelos rectángulos finitos... Yo he jugado creando de todo un poco y no sé cuál me gusta más. Todos salen ricos :).

Carnival Cenci

Receta de Cenci de Carnaval
Inspiración: adaptación libre de aquí y aquí
Ingredientes para compartir entre dos y quedarse a gusto

- 1 huevo L
- 10 g de mantequilla sin sal atemperada
- 10 g de azúcar caster
- 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
- 1 pizca de sal
- ralladura de naranja
- 1 cucharada de ron
- 120 g de harina de repostería
- aceite de oliva virgen extra para freír
- azúcar glasé

Disponer el huevo con la mantequilla y el azúcar en un cuenco. Batir con unas varillas hasta formar una crema homogénea. Añadir el bicarbonato, la sal, la ralladura, el ron y la harina, y mezclar todo bien. Amasar con una espátula y luego a mano hasta tener una masa homogénea. Envolver en plástico film y dejar reposar 30 minutos.

Estirar la masa sobre una superficie antiadherente, ligeramente enharinada si hiciera falta, hasta dejarla muy, muy fina. Cortar tiras, rectángulos, rombos, cuadrados... y poner a calentar un cazo con abundante aceite de oliva. Cuando se alcancen los 175º-180ºC, freír en tandas unos segundos hasta que se doren. Retirar a una fuente con papel de cocina. Servir con azúcar glasé tamizado.

Carnival Cenci
Esta semana tengo mucho lío porque el sábado nos vamos a Sevilla a una boda, y no tengo NADA que ponerme. Qué pereza más tonta me da solo de pensar en tener que ir a mirar ropa, ains. Pero, ¿no quedamos en que la gente ya no se casa? En fin, a ver si me da tiempo a preparar alguna cosilla carnavalera más. ¡Pasadlo bien!

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